sábado, 15 de abril de 2017

Los señores de los bancos

El camino de casa al tren a las 6 de la mañana se ve envuelto en miradas de aquellos que se han convertido en señores de los bancos, señores que viven la noche y el día en esa misma ciudad a la que todos hacemos oídos sordos y miramos para otro lado.

Caras tristes y cansadas de los que apenas duermen sabiendo que cada día será el mismo que el anterior, un continuo atrapado en el tiempo del que no pueden salir y en el que solo les queda esperar.

La ciudad en silencio acostada en sus mullidas camas en lo que borrachos pudientes, jóvenes que viven la noche de forma muy distinta a los señores, rompen ese extraño ruido insonoro de las calles que podrían considerarse vacías, solo estan quienes en silencio allí se encuentran, tapados con lo que pueden, con historias tras de sí que nos negamos a reconocer, con una personalidad a la que no damos creencia.

El traqueteo de mi maleta al rodar por el pavimento camino de la estación despierta la atención de estos supervivientes, personas que en un tiempo fueron visibles y que ahora forman parte de un decorado triste y decadente al que nadie hace caso.

Vidas paralelas que comparten el mismo espacio.

1 comentario:

  1. Lúcido retrato de este tiempo que nos toca vivir...
    Hermosa manera de plasmarlo!
    Un abrazo!

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