martes, 15 de diciembre de 2015

Respuesta ante la pregunta del manantial

Este año un profesor nos ha aconsejado ver la película del manantial y con ella nos ha hecho una pregunta. ¿Creéis que el discurso que realiza el protagonista al final puede ser llevado con la misma validez a la actualidad?

Aquí os dejo ese pequeño fragmento al que se refiere y mi respuesta a tal interrogante.


La película el manantial nos muestra la lucha entre la evolución y el lastre del pasado, y la importancia de la opinión pública ante cualquier cosa.

La dificultad de cambiar las cosas que son tratadas como lo normal, lo bello, lo que está bien frente a lo que está considerado como mal.

En el discurso del final de la película lo que hace el protagonista es resaltar la situación que viene ocurriendo en todo momento, el “más vale malo conocido que bueno por conocer” la falta de afán de superación que hace que, la arquitectura en este caso, se quede estancada en los gustos clásicos sin arriesgar por los nuevos materiales, las nuevas formas, la falta de adornos.  Habla sobre luchar contra corriente defendiendo tú forma de pensar única, no dejarse llevar por las mayorías. Defender tus creencias.

Ante la pregunta de si este discurso es o no válido en la actualidad me atrevería a contestar que no todo es blanco o negro.

Hoy en día las nuevas tecnologías nos han llevado a poder realizar cuanto queramos imaginar, poder llevar al estado físico nuestros sueños y utopías, podemos luchar contra las formas clásicas pudiendo trabajar con ángulos y curvas anteriormente imposibles de proyectar, luchar contra la gravedad construyendo rascacielos , voladizos, pilares y apoyos de dimensiones mínimas.

Tanto ha evolucionado la construcción y el uso de los nuevos materiales que en mi opinión estamos pecando de exceso de  experimentación y diferenciación más que de quedarnos parados en el pasado.

Al contrario que ocurre en la película, ahora nos olvidamos de la arquitectura utilizada con anterioridad y de la opinión del resto de personas,  “no arquitectas”, para tratar de destacar por cualquier medio. Las obras de los considerados “grandes arquitectos” tienen que ser sobre todo novedosas, tienen que ser raras, no ser entendidas. Tienen que destacar sobre cualquier otras (que sea útil o rentable ha quedado en segundo plano).

Sí es cierto que tenemos que ser fieles a nuestra forma de pensar (en especial los estudiantes quienes están más forzados a opinar, en muchas ocasiones, como el profesor de turno para poder acercarse al aprobado)

Si es cierto que tenemos que buscar nuestra forma de expresarnos, buscar nuestra personalidad en la arquitectura, como ya he dicho antes, no todo es blanco o negro.

La arquitectura tiene y no tiene por qué ser novedosa, al fin y al cabo ahora lo único que nos impide hacer lo que queramos son las leyes urbanísticas de cada lugar.

La arquitectura no tiene por qué seguir las tendencias de nuestro tiempo, cada uno es libre de proyectar a su gusto al igual que el cliente es libre de aceptar o no un proyecto. No podemos dejar que nuestro ego se convierta en lo único importante, dejando de lado a las personas que no entienden la arquitectura y solo quieren que les resolvamos un problema de la mejor forma posible, la arquitectura es para los arquitectos, las viviendas, museos, plazas, oficinas y demás tipologías funcionales son para todo el mundo arquitecto o no.

Tenemos que disfrutar de lo que hacemos, buscar nuestro yo y no el de los demás, tenemos a nuestra disposición todas las técnicas para realizar cuanto queramos, pero no por ello estamos obligados a usarlas todas.

     Por mucha evolución que exista no podemos cerrarnos ninguna puerta,  por mucha belleza que exista en el pasado no podemos quedarnos solo en eso, debemos recordar que no todo el mundo entiende lo que al menos cinco años de estudio han hecho que nosotros entendamos, no podemos imponer nuestra opinión ni forma de ver las cosas, pero tampoco dejarnos controlar por la opinión de otros, buscar un estado de equilibrio entre nuestro amor por la arquitectura y la realidad que estamos viviendo.