martes, 24 de febrero de 2015

55838


Me llamo Slang Jugglerdeck, un nombre un tanto peculiar puesto que significa “jerga” y yo, sinceramente, no soy mucho de palabras, de hecho, no suelo hablar al menos que sea necesario.

Soy a ojos de los demás, alguien tímido, raro, aunque realmente es que no tengo nada que decir y me la sopla lo que opinen de mi, la vida por lo que a mí respecta es algo desagradable por lo que tenemos que pasar todos y de la cual, no hay más escapatoria que algo aún más desagradable.

¿Que por qué pienso eso? bueno, por el simple hecho de que me hicieron así, y es que al fin y al cabo, no soy más que un personaje escrito en una historia leída, una y otra vez, por personas que lo único que quieren es vérselas en mi pellejo sin sufrir daño alguno,y claro,al que le toca sufrir al final es a un servidor.

Todos los días vivo lo mismo, estoy en un continuo bucle en el que no hago más que repetir una y mil veces las mismas cosas, si elijo cambiar de camisa es porque el escritor de antemano decidió que fuera así, no puedo cambiar mi historia, pero a desgracia mía si memorizarla.

Por suerte el libro que me toca vivir no debió de tener éxito, no quiero ni imaginar cuántas veces me hubiera tocado repetir las mismas cosas si fuera un Best seller.

De momento solo me he despertado, vivido y muerto (de forma horripilante dicho sea de paso) un total de 55837 veces.

Mi lengua natal dependiendo de quién me lea es el español o el inglés, por lo que puedo decir que soy bilingüe o algo así ya que nunca puedo decidir entre las dos, o es la una, o la otra.

Esta es la número 55838 vez que me despierto en este mismo día, en esta misma cama, a esta misma hora, sabiendo todo lo que me va a ocurrir a continuación.

Vuelta siempre a lo mismo día, tras día tras día.

Lo extraño es que hasta el momento el escritor no me había dejado hablar directamente con vosotros, lo que demuestra que esta vez algo ha cambiado, puedo elegir.

No es que pueda elegir como una persona libre, es algo más bien momentáneo, el libre albedrio no existe entre estas páginas, solo existo cuando alguien me está leyendo y hasta ese momento, bueno, me sumerjo en una especie de sueño en el que me despierto en la misma mañana del mismo día que describe la página tres.

De momento solo puedo decir esto, me llamo Slang Jugglerdeck y espero que esta aventura, tantas veces vivida por mí, al menos os haga pasar un buen rato.


miércoles, 18 de febrero de 2015

Nada que olvidar


Fue un buen último año, ahora solo queda seguir adelante, sonreír, la vida continúa, recordar todo lo bueno tal cual fue, algo para nunca olvidar.

Estamos hechos para sacar de quicio las cosas que no tienen importancia y con ello, estropear lo que realmente si la tiene.

Me gusta recordar este ultimo año como lo que ha sido, un año con sus más y sus menos, pero un año que agradecer, no me avergüenzo de nada y menos siento arrepentimiento, fui feliz, lo fui mucho, y eso hizo que la caída fuera mayor y más dolorosa, pero aun así, mereció la pena.

No dejaré de sentir lo sentido ya fuera la mayor alegría o el peor de los odios, ese sentimiento es el que me hace ser quien soy ahora, no enterraré mi pasado, no lo convertiré en algo malo porque no lo fue, no pondré prioridad al peor de los finales porque al fin y al cabo solo fue eso, el final de un tiempo que no pudo ser mejor.

La vida pasa, la gente evoluciona y aprende de sus errores y experiencias. Yo no considero esto ningún error, fue lo que tuvo que ser, y después de un tiempo de lucha interna por fin he conseguido hacer las paces conmigo mismo.

Estoy orgulloso de todo lo vivido, lo bueno y lo malo, no guardo ningún rencor a nadie, al fin y al cabo, se que todo fue resultado de cabezonerías, la vida sigue, y con ella habrá nuevas vivencias.


Este año no ha sido ningún error, nada que añadir al cupo de cosas para olvidar, este año y medio ha sido genial y solo cruzo los dedos para volverme a encontrar con algo, al menos, parecido a lo que una vez tuve.

miércoles, 11 de febrero de 2015

Madrid


Hay que reconocer que es una ciudad mágica, repleta de recuerdos buenos aunque ahora me generen tristeza.

Repleta de culturas, arte, museos, belleza, no una ciudad para habitar pero si una ciudad para vivir.

Cada vez que la recuerdo me saca la sonrisa de la cara y una lagrima me recorre la mejilla.

Recuerdo un libro de Zafón, “Marina”, en el que el protagonista al final, decide no volver a la ciudad que le crió por el simple hecho de no destruir los recuerdos que tenia de ella. Asumimos que todo cambia con el tiempo, pero eso no hace que sea más fácil el proceso de cambio.

Los lugares sufren una evolución continua que hacen que dejen de ser aquello que conocíamos.

Creo que, como el protagonista de esa historia, es mejor dejar las cosas tal cual las recordamos manteniendo así vivas esas experiencias de un lugar que ya no es el mismo.

Madrid, la ciudad de mis recuerdos, aquella a la que le guardo un cariño especial y a la que aun no estoy dispuesto a volver.

Me quedo con mis experiencias, mis días enteros disfrutando como nunca de unas calles que no creía que me fueran a enamorar, de mis recuerdos, de mis momentos, de una capital que en mi cabeza, aunque nunca lo reconocí, significó y aun significa mucho para mí.

domingo, 8 de febrero de 2015

El cerebro de Adán


Gilipollas, las mujeres nos vuelven gilipollas, ya puedes ser el hombre más listo, independiente y con más amor propio del mundo, que si se te cruza por tu camino una mujer, lo único que pasas a ser de repente es un gilipollas y si no, es que aun no te has cruzado con la mujer adecuada.

Las sagradas escrituras dicen que Dios hizo a la mujer a partir de la costilla de Adán, pero mi opinión personal es que Adán fue creado a partir del cerebro de Eva, de esta forma, cuando la mujer se encuentra con el hombre, esta reclama lo que es suyo dejándole a él sin facultades para pensar ni reaccionar de forma adecuada.

No nos importa reconocerlo, a mí al menos no, y de hecho, la palabra romanticismo fue creada aplicada al hombre para evitar llamarlo de otra forma.

El hombre de repente, como quien no quiere la cosa, se convierte en un ser totalmente dependiente del sexo opuesto y ve necesario demostrarlo con actos que vistos desde fuera se catalogarían como estupideces y ñoñerías.

Gilipollas, las mujeres nos vuelven gilipollas y es que no debemos olvidar, que debido a una mujer, Troya ardió hasta los cimientos, la ciudad más fortificada jamás construida destruida porque al fin y al cabo, todos llevamos una parte de ese cerebro de Adán.

domingo, 1 de febrero de 2015

Un día de un mes

¿Qué han pasado? ¿Cuatro años ya?

Han pasado muchas cosas, muchas asignaturas aprobadas y suspensas.

Mucho aprendido, experiencias vividas, amigos encontrados…

Muchas palabras escritas.

Muchos veranos e inviernos, muchos recuerdos de mi infancia y de quien me enseñó y animó a seguir escribiendo.

La razón por la que este blog está aquí.



Es increíble ver cómo una respiración se te puede guardar en la memoria, cómo se te puede grabar a fuego.

Cómo el calor de un cuerpo es recordado, un abrazo.

Es increíble lo mucho que se puede echar de menos a alguien que toda tu vida siempre ha estado ahí, el significado que puede cobrar por ser quien es.

Cómo una voz no se te olvida, algunos gestos, algunas características físicas que te llevan a él cuando las ves en otra persona.

Cómo un día como hoy te lleva a hace unos años, a muchos recuerdos, todos buenos, a una tristeza que con el tiempo se ha ido convirtiendo en orgullo, un día para recordar y repasar todo lo vivido, un día para lanzar una sonrisa sincera.

Una persona no muere si es recordada, no seremos más que hormigas en un universo enorme y oscuro pero a veces nos olvidamos que el universo no importa sin lo que tenemos alrededor, las personas, los actos, los familiares y amigos.

Me da igual como se generan los truenos, de donde sale la lluvia, si hay  o no vida en otros planetas. ..

Me importan las personas y los resquicios que quedan tras ellas, las historias contadas de abuelos a nietos, los momentos vividos, la importancia que puede tomar un simple día de un mes para alguien.

No debemos olvidar que la familia no se elije, pero es la que estará siempre ahí cuando la necesites.