miércoles, 26 de noviembre de 2014

Media naranja; solo media.

Aun recuerdo aquella noche en que nos presentaron,
Su sonrisa en nuestro primer reencuentro,
Su beso en la estación nada más vernos en el segundo.
El paseo por la playa.

Recuerdo la tortilla de patatas para comer un día que no había comida,
El bocadillo de atún,
La bolsa de patatas envuelta para evitar mancharnos.

Aun recuerdo las noches a su lado,
El llevarle  los churros de desayuno a su casa,
Las matadas caminando tanto en su ciudad como en la mía,
La lluvia que casualmente siempre nos caía encima.

Recuerdo las largas tardes que se hacían cortas hablando de nada.
Recuerdo estar con ella hasta quedarme dormido a kilómetros de distancia el uno del otro.
Recuerdo el primer te quiero, las primeras noches, la primera mañana bañándonos en el lago.

Recuerdo conocer a su familia y estar orgulloso de ello,
Presentarle a la mía y ser totalmente feliz.

Recuerdo una noche escuchando jazz en un bar,
Unas navidades mirando pájaros de colores sentados en un banco,
Una tarde en la esquina oscura de un local tomando algo,
Una tarde de siesta sobre la hierba.

Recuerdo verla dibujar un animalillo en un cuaderno,
Pasar días enteros ella y yo solos,
Un día visitando una ciudad,
Un día de piscina,
Quedárseme dormida en mi hombro en un viaje en tren.

Recuerdo una noche en una terraza hablando del futuro,
Nuestras despedidas en el banco de enfrente de su casa.

Recuerdo oírla decir que no había nada de qué preocuparse,
Que fuera lo que fuera lo pasaríamos juntos,
Que estábamos mejor que nunca
Que en apenas un mes nos volveríamos a ver y todo seguiría como en ese momento.

Recuerdo todo lo que sentía por ella, cada vez que la miraba, cada vez que entraba en mis pensamientos, su sonrisa, su calor.

lunes, 24 de noviembre de 2014

YELINASH CLUB (quinto acto)


Interludio 1
Cada decisión importante en una persona implica la creación de diferentes universos paralelos en los que dicha persona ha cogido las demás direcciones posibles.
A estas personas iguales pero que han tomado caminos distintos las llamamos “Homólogos”.


Siete manzanas sobre la mesa, redondas, relucientes, amontonadas en todo el centro invitando a cualquiera a pegar el primer bocado.  Encima del montón de seis manzanas verdes se encuentra una roja destacando de entre las demás. A un lado, la caja de zapatos ya cerrada una vez inspeccionada, y en una esquina de la sala tapado con una gabardina manchada en rojo, el cadáver de la K de tréboles.


Interludio 2
A veces en uno de estos mundos aparece una persona que no tiene dichos homólogos, es la única en todos los universos y por lo tanto ninguna decisión tomada por ella tiene repercusión en más lugar que en el que esté. No genera nuevos universos puesto que no puede existir en ellos.
Estos son los llamados “No nacidos”


Siete personas sentadas en sus respectivos sitios mirándose entre sí, una silla vacía.

El silencio como ya viene siendo habitual inunda la sala. S.J juega entre sus dedos con la carta recién tachada, la camisa echa girones y los puños envueltos hasta el codo. Parece tan tranquilo como cuando entró.

-Han pasado horas desde lo ocurrido y ni se sabe cuánto tiempo desde que estamos aquí encerrados. Está claro que en algún momento tendremos que decidir comerlas o morir de hambre.

-Una simple manzana no nos va a alimentar. –Jim sigue borracho y S.J sabe que no va a apoyarle en nada ya que cree que él es el causante de todo esto.

-Estate varios días sin comer y veras como una rata alimenta más que nada.

La respiración fuerte de la gemela claustrofóbica pone de los nervios a cualquiera.


Interludio 3
Si una persona muere de forma no natural, rápido se crearan nuevas dimensiones en las que esa persona viva de diferentes formas.
Si un “No nacido” muere no pasa nada, lo que demuestra que el valor de su vida con respecto al resto del mundo es inferior.
No vale nada.


S.J deja de jugar con la carta y la pone al contra luz, le ha parecido ver algo.

-¿Qué ocurre? –el viejo es el único que se da cuenta de que ha encontrado algo. S.J le lanza el naipe.

-Míralo tú mismo.

Nada más ponerlo al trasluz la marca de agua se hace evidente. Un dibujo de siete manzanas amontonadas entre si, en una de ellas, hay dibujada una calavera.

-Una esta envenenada. –se ríe Scar. –una razón más que suficiente para no comerlas.

-Con el tiempo no nos quedará otra. –Samantha no parece haberse llevado una gran sorpresa. –parece ser que es el siguiente juego, seis comemos y seguimos adelante, uno muere.
-¿Por qué una roja?

-Juega con nosotros, hace que nos preguntemos si es esa la que esta envenenada o simplemente es una más.

Pasan las horas, los días, el tiempo no existe como tal en “la arista”. Tanto Scar como Susan y Saron deciden acallar su sed con el poco alcohol que les ha dejado Jim. Hay peleas, insultos y acusaciones lanzadas al aire pero ninguno se levanta de su silla, esta vez no quieren arriesgarse a que se vuelvan a apagar las luces y caiga alguien muerto.

El cadáver empieza a oler y debido al calor y al miedo,  nadie necesita aliviar sus necesidades básicas. Lo que no es sudado simplemente lo aguanta uno.

Poco a poco el hambre va haciendo su efecto y la sed hace su aparición.

-El hijo de puta que nos ha encerrado aquí solo espera vernos morir.

-Quiere que muramos pero no todos a la vez, nos está obligando a comer.  –S.J ya está cansado y tiene demasiada hambre y sed como para seguir con aquello, coge una de las manzanas verdes y le pega un mordisco que le lleva hasta el mismísimo cielo, un poco ácida y jugosa. No ha probado manzana mejor.

“Mala suerte tengo que tener para que de siete me toque la podrida” piensa dándole otro mordisco.

-Ya estoy mayor así que si tengo que morir que sea con la barriga llena. –Cruler agarra otra de las manzanas verdes, Jim le agarra la mano antes de poder llevársela a la boca.

-¿Por qué no coges la roja viejo? ¿Y tú por qué no dejas esa sobre la mesa?

No tiene ganas de discutir, le pega otro mordisco y la hace rodar junto con las demás.

Susan se quita la americana metiendo todas las piezas en ella en forma de bolsa.

-Será el azar quien decida. –todos asienten, meten la mano y cogen una manzana dejando la última para ella. Samantha tiene la roja en la mano, Jim, la mordida, sonríe.

-No sirve de nada que esperemos más. –todos están demasiado débiles para llevarle la contraria. Tras un momento de duda todos muerden a la vez. Samantha parece tardar un poco más en decidirse.

Mordisco tras mordisco, en pleno silencio, todos hacen desaparecer su fruta, nada más terminar el sonido del agua les hace mirar hacia el techo donde los aspersores antiincendios empiezan a funcionar mojándoles por completo.

Todo son gritos de alegría, todos abren la boca y disfrutan del fin de la sequia, disfrutan de su premio recién caído del cielo.

Nadie hace caso a las manos partiendo un As de tréboles a la mitad.

Esta vez, al contrario que en los cuentos, la manzana roja no era la envenenada.


Interludio 4
El azar no es más que dejar tu vida al servicio del destino. ¿Cuál es el destino de aquellos que realmente no existen?



miércoles, 19 de noviembre de 2014

Sobre la misma línea muy fina


Amor quería a odio, mientras que odio le detestaba y nunca le dejaba cruzar aquella fina línea que les separaba.

Odio trabajaba bien adentro, una vez se proponía algo no lo soltaba hasta que fuera solo suyo, pero querer siempre se metía de por medio, siempre siguiéndole a todos lados.

Cada uno trabajaba a su lado de la línea, nunca se juntaban ni intentaban invadir el lado contrario, al fin al cabo, sin amor no habría odio, y sin odio… bueno, amor quería demasiado a odio como para hacerle algo así.

Cada uno tenía sus motivos de existencia, sus razones para vivir, pero nunca era suficiente.

Amor quiso tanto que el dolor se hacía insoportable y odio ya era insoportable de por sí y a más, peor.

La línea no se movía hacia un lado ni hacia otro y ninguno de los dos bandos ganaba, odio lo comprendió.

El amor duele pero solo hay algo que duele más. Poco a poco odio se fue juntando con amor hasta quedar los dos encima de la línea, juntos. El amor, estúpido, no se dio cuenta, ¿Es posible querer y odiar como nunca a la misma persona?

Odio y amor trabajaron en ese momento al mismo tiempo, odio con una sonrisa en la cara, amor sin darse cuenta del daño que estaba haciendo.


sábado, 15 de noviembre de 2014

Allí donde la ciudad pierde su nombre.


Los días de niebla me generan sensaciones próximas a la serenidad.

Mañanas frías con las orejas rojas, con una humedad en el ambiente mayor a lo normal.

La niebla que te esconde el otro lado de la calle.

La niebla ha sido participe de las mejores escenas de amor, de los asesinatos más sangrientos, de los paisajes más inverosímiles, de los misterios más desconocidos.

La niebla se guarda para sí todo lo que te rodea para poder centrarte en ti mismo.

Me gusta el invierno, me gusta sentir el frio en la cara mientras me cubro el resto del cuerpo con ropa de abrigo.

Me gustan las tardes de lluvia fuerte llenas de recuerdos y nostalgia.

Respirar ese aire limpio y congelado que sientes bajar hasta tus pulmones.

La niebla guarda en su ser una sensación de libertad, de que nada en esta vida importa más que el disfrutar de ella, la sensación de paz que te acaricia cada poro de la piel.

Es el modo en que la naturaleza se acerca a la ciudad entre edificios que parecen llegar al cielo.

Allí donde la ciudad pierde su nombre.

domingo, 9 de noviembre de 2014

Dolor


Incomprensión.

Eso es lo que mata, no el final, sino el no saber qué ocurrió, no saber qué falló, no saber por qué cambió, por qué fue capaz de lo que fue capaz.

Incomprensión al no entender como una persona puede cambiar y convertirse en otra muy distinta.

Incomprensión de como alguien puede librarse con tanta facilidad de algo tan importante, de alguien importante.

Incomprensión de ver como no le importa lo ocurrido, como no se arrepiente de nada, como busca cualquier escusa o como simplemente no afronta el problema y desaparece de su vida, vida compartida hasta el momento.

Incomprensión de ver lo fácil que le ha resultado pasar página, lo fácil que le ha resultado joderlo todo, lo fácil que le ha resultado coger las maletas y largarse sin decir adiós.

Incomprensión de ver que no hubo fallo, de la cumbre al subsuelo por tomar una decisión muy a sabiendas de la traición que eso significaba.

¿Fue todo verdad? ¿Fue mentira? ¿Un sueño acabado en pesadilla?

Desapareció habiendo destrozado una vida sin mirar atrás, sin preocuparle los restos, sin molestarse en solucionarlo, simplemente desapareció y “ojos que no ven…”

¿Si quieres realmente a alguien eres capaz de hacerla sufrir hasta el extremo y no darle importancia a los hechos?

martes, 4 de noviembre de 2014

Verdades drásticas para la vida moderna


Si algo sé de este mundo, es que ya entramos en él llorando.

La vida es injusta, eso es algo que de entrada hay que asumir.

Aquí no hay sitio para los buenos, gilipollas hay en todos lados y, cómo no, la chica de la película siempre corre a los brazos del chico malo.

Si te puedes aprovechar de una situación te aprovechas sea merecida o no, las reglas del juego son las que son y si te permiten hacer alguna trampa, ¿Por qué no?

Vives para trabajar y trabajas para vivir mientras los niños grandes viven de ti.

A los diferentes se les cataloga como marginados, solitarios que se merecen lo que tienen por no seguir la misma corriente que siguen todos.

Si no eres agresivo no vales para nada, si no te crees mejor que nadie no eres atractivo a los ojos de los demás.

El alcohol está a la orden del día como un bien necesario al igual que el café y otras drogas.

El amor ha dado paso al desconocimiento de él, no niego que la gente no crea que ame, pero solo cuando estás dispuesto a poner a la otra persona por delante de ti mismo, es cuando el querer cobra su significado, lo demás simplemente será la elección entre el algo o la nada.

Somos egoístas, admitámoslo, siempre va primero el Yo y después el Tú.

Nos guiamos por lo que vemos por la tele, ese gran modelo de conducta.

El dinero es lo único que importa, el trabajo, los estudios y el Yo Yo Yo.


Me podría tirar así una tarde entera pero lo cierto es que tengo cosas mejores que hacer.

Podéis  achantarlo al pesimismo, pero lo cierto es que esta visión del mundo, pese a no ser la única que hay, no es errónea, o al menos no del todo. La vida no es blanco o negro, nada lo es pese a que nos empeñamos en pensar que si.

La vida es un eterno tablero de ajedrez en el que estas en un color no sabiendo cuál va ser el siguiente en el que caigas.

    La vida es injusta pero vivir conforme a sus normas solo es decisión de uno mismo, aunque eso signifique ir en contra de la corriente y recibir algún que otro coletazo de más.