domingo, 23 de junio de 2013

Si tuviera que elegir entre lo que tengo



    Podremos ser iguales o diferentes, de un lugar, o de otro, estudios, creencias, amistades…
Podremos comportarnos de distintas formas ante distintos temas, podremos tener vidas completamente distintas desde la “tranquilidad” de una ciudad pequeña,  al barullo de una capital.
Podremos haber ido deprisa, y sin embargo también lento. Podremos tener paciencia, y también unas ganas tremendas de vernos. Podremos tener frio y calor al mismo tiempo. Fuerza y debilidad.
Podremos captar olores de una piel que otras personas no captarían, caricias que con otras manos no tendrían el mismo efecto, cercanía que, a lo mejor, y solo a lo mejor, en otras circunstancias no se valoraría tanto.
Podremos tener nuestros ojos con tan solo unos centímetros entre ellos, nuestras narices entrechocadas, nuestros labios sintiendo  el aliento del contrario.
Podremos sonreír sin apenas darnos cuenta, pasar horas sentados en el suelo no haciendo otra cosa que estar juntos, entrelazar nuestros dedos o abarcar con los brazos una cintura.
Podremos hablar toda una tarde como si fueran minutos, contarnos cualquier cosa, pasar la noche en vela estando preocupados o simplemente no pensando en otra cosa más que en nosotros.
Todo eso podremos haberlo hecho, todo eso y mucho mas podrá hacerse, y es por ello por lo que merecerá la pena la espera, la distancia, el contar de días.

viernes, 14 de junio de 2013

Cuerda floja




Paso a paso se fueron acercando el uno al otro.
Pasos lentos pero decididos, con algo de riesgo, pero pasos en los que uno confía por completo,  apoyando todo el peso en unos de los pies descalzos para poder poner el otro por delante estando apenas unos segundos con tan solo un punto de equilibrio.
Los brazos abiertos y estirados para poder mantenerse en la cuerda y poder sentir la libertad y el viento en todos y cada uno de los recovecos del cuerpo, en tensión y a su vez relajado, disfrutando del momento.
Paso tras paso sobre la cuerda floja a demasiados metros del suelo, de la civilización. La vista fija en la cara del contrario, sus gestos, su sonrisa, su confianza. Sintiendo cada instante y la cercanía cada vez mayor, acortando lentamente distancias.
Nadie les molesta, están solos, separados del resto del mundo, separados del bullicio de la calle que hay bajo sus pies, flotando sobre absolutamente todo o nada y con tan solo un objetivo por delante.
Acercarse lentamente, poco a poco, paso a paso, disfrutando del momento.
Solo ellos dos, y la cuerda.

martes, 11 de junio de 2013

Los arquitectos de hoy en día.



Una caja encima de otra caja encima de otra caja. Como estudiante de arquitectura le habían encargado proyectar una biblioteca y de esta forma, él había diseñado algo cómodo y útil además de sencillo, una caja encima de otra caja encima de otra caja, con grandes ventanas por todos lados para asegurarse  una buena iluminación y cubiertas transitables para que, quien necesitara fumarse un pitillo, no tuviera que andar bajando y subiendo escaleras.
Interior completamente libre salvo por la batería de escaleras y ascensores situada lo más cercana a la puerta para no atravesar la sala y molestar a los estudiantes y demás usuarios del lugar.
Cuartos de baño en el extremo contrario para dividir la sala en dos recorridos repartiendo así el transito en comunicaciones verticales y aseos. En el resto de la planta dos espacios dedicados a salas de estudio separados mediante la zona de estanterías y almacenaje de libros para tener estos lo más a mano posible.
Todo el espacio bien aprovechado debido a las plantas rectangulares sin curvas ni cosas extrañas, espacios bien iluminados debido a una colocación básica de ventanales lo suficientemente grandes, un resultado final totalmente funcional sin un exterior de fachada exuberante que llame la atención.
Un proyecto factible y sin embargo rechazado por los profesores de la escuela de arquitectura con una sola frase de excusa.  “No es lo suficientemente raro y moderno como para ser un buen proyecto.”
El funcionamiento de las instalaciones es lo de menos, lo importante es el resultado final es decir, importa más el exterior a que realmente sea útil. Proyectar desde fuera y preocuparse más tarde por el interior, si haces eso, serás un gran arquitecto.