miércoles, 23 de octubre de 2013

Cambios





Hay que asumir que el tiempo pasa, la vida cambia y solo nos quedan los recuerdos.
Hay que reconocer que no somos importantes y que somos nosotros los únicos que valoramos todo lo que ya no tenemos.
Hay que dar por sentado que nada es para siempre, todo tiene un principio y un final que, detrás de este, algo nuevo empieza.
Hay que saber que envejecemos, que etapas de nuestra vida ya no volverán, que nunca nada es como siempre.
Hay que creer que los cambios no son más que un nuevo paso, que decidimos si estos son buenos o malos, que todo es perecedero por mucho que te guste o no.
Hay que vivir disfrutando de cada momento del presente, no pensando en el pasado, para eso ya habrá tiempo cuando seamos viejos, cogiendo todas las oportunidades que tengamos a mano y ante todo, ante todo, no mirar atrás.

5 comentarios:

  1. Me parece buena sugerencia. Hay que vivir un presente tan pleno como sea posible. A veces mirar hacia atrás nos enseña algo y puede enriquecer un momento presente por tanto hay que vivir con cualquier cosa que te haga sentir vivo, pleno. Solo tenemos una vida!
    Saludos Rendan.

    ResponderEliminar
  2. Estoy de acuerdo contigo,amigo. De hecho, creo que en mi vida he sentido cada edad como la mejor, nunca he extrañado edades pasadas (ocasiones o recuerdos si, pero puntuales) La vida se vive en días, no en años.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Uno siente miedo al cambio,creo que es algo inevitable,el miedo a lo desconocido,a ese abismo que se abre...
    Creo que una de las mejores maneras de afrontarlo es vivir el presente,el día a día, intentando rescatar lo mejor de cada momento. Un saludo!

    ResponderEliminar
  4. Sabia y certera reflexión.Como decía el filósofo Heráclito:Nada permanece,no nos bañamos dos veces en el mismo río.La vida es devenir,fluyente dinamismo antagónico al pasado y su pertinaz estatismo.Un abrazo.

    ResponderEliminar
  5. Hay que saber aceptar y aceptarse. Aprender cada día lo que la vida nos enseña, porque te aseguro que como dicen por ahí, es tan buena maestra que cuando no aprendes la lección, te la repite. Y vivirla en todo su esplendor.
    Un abrazo, Rendan.

    ResponderEliminar